Mi columna en Invertia de esta semana se titula «Volkswagen: no será por no haberlo advertido» (pdf), y trata de poner en contexto la grave crisis de la compañía alemana, que por primera vez desde el año 1988 ha anunciado el posible cierre de tres de sus plantas, las tres situadas en la antigua Alemania del Este, con despidos masivos para decenas de miles de trabajadores, en una situación de recorte de costes a la desesperada.