LAION, la compañía alemana sin ánimo de lucro dedicada a la recopilación de imágenes para el desarrollo de sus propios algoritmos de inteligencia artificial y de otros que quieran utilizar su banco de datos libremente, ha obtenido un triunfo
judicial contra un fotógrafo aleman que pretendía que borrasen una serie de fotos de su autoría de la base de datos.
Esta
victoria es la primera que un repositorio dedicado al entrenamiento de algoritmos obtiene contra una reclamación de copyright, y es potencialmente por ello muy relevante de cara al futuro. Tras la publicación de herramientas que permiten saber si alguna imagen tuya o algún texto han sido utilizados para el entrenamiento de algoritmos, los juzgados se han llenado de pedigüeños que pretenden lograr compensaciones económicas por ello, algo que refleja únicamente su codicia y, desde mi punto de vista, una extensión injustificada, injustificable e ilógica de los derechos de autor.
Pretender que una imagen o una información, por el hecho de tener copyright, no puede ser utilizada para el entrenamiento de un algoritmo es como pretender que no podamos verla, recordarla o utilizarla para construir otras obras sobre ella, y debería ser considerado un absurdo conceptual.