Las sanciones de carácter tecnológico que han desplegado EEUU y sus aliados están dañando más a
Rusia que a
China. El país liderado por
Xi Jinping tiene una cadena distribución de materias primas muy robusta y una industria de los semiconductores bien afianzada y en constante desarrollo. Sin embargo, el ecosistema de los circuitos integrados en
Rusia es mucho más modesto que el de
China, por lo que tiene mucho más trabajo por delante para sostenerse sin la presencia de las tecnologías extranjeras.
A pesar de su delicada posición actual,
Rusia está jugando sus cartas. Y la más interesante es Ruselectronics. Esta empresa pertenece a la corporación del Estado Rostec y es la responsable del desarrollo de cerca del 80% de los componentes electrónicos que ven la luz en
Rusia. A origenes de 2022, poco a continuación del inicio de la invasión de Ucrania por
Rusia, EEUU decidió incorporar Ruselectronics en su lista de empresas sancionadas, lo que la colocó en una posición delicada al poner fuera de su alcance las tecnologías de vanguardia de Occidente.
Para
Rusia, al igual que para
China, EEUU, Alemania, Japón o cualquier otra gran potencia, es crucial tener acceso al hardware necesario para poner a punto centros de datos para computación de alto rendimiento, inteligencia artificial y servicios en la nube.