Un muy interesante artículo en
The Conversation, «Why Germany ditched nuclear before coal and why it won"t go back«, proporciona una gran mayoría de los elementos de juicio necesarios para entender la llamada energiewende, la transición energética alemana, incluyendo su decisión de cerrar sus centrales nucleares en 2022, y por qué esa decisión ha resultado ser positiva a todos los efectos.
Mientras muchos escépticos insisten en la falsa idea de que «Alemania quema más carbón por haber cerrado sus centrales nucleares», los datos demuestran que eso no solo es radicalmente falso, sino que además, ha significado un gran estímulo para el desarrollo de las energías renovables: si un mes antes del cierre de las centrales nucleares la distribución de la generación de energía en
Alemania era de 53% renovable, 25% carbón, 17% gas y 5% nuclear, en este marzo de 2024 es del 60% renovable, 24% carbón, y 16% gas. Ninguno de los malos pronósticos de los agoreros se ha cumplido. El país utiliza ahora más energía procedente de fuentes renovables, y ha disminuido tanto su uso de carbón como de gas.