La próxima llegada a la Casa Blanca de Donald Trump y el desembarco de la asombrosa troupe que ha designado para los puestos más importantes de la administración (un antivacunas en Sanidad, un delincuente en Justicia, un petrolero en Energía, una organizadora de peleas en Educación, etc… ¿qué podría salir mal?) está alimentando numerosas especulaciones sobre el futuro que espera a las compañías tecnológicas.

De Twitter a X y de X a Bluesky. En la respuesta a cómo se ha llegado hasta ahí es inevitable citar a Elon Musk, dueño y CEO de la vieja Twitter desde que se oficializara su compra en 2022 a razón de 44 millones de dólares. Polémica tras polémica y con cambio de nombre incluido, la reelección de Donald Trump con Musk como mano derecha y el juego que desempeñó la red social en campaña han tenido una consecuencia: millones de usuarios están migrando a Bluesky.

China está dejando de ser la gran fábrica del mundo. Una parte de ella quiere serlo y en cierto modo además hay circunstancias que están empujando a buscar otros destinos a los fabricantes. La crispación entre Estados Unidos y China es una de ellas, previendo además una escalada en el conflicto comercial con las medidas prometidas por el reelegido Donald Trump (un 60% de aranceles al país, entre ellas).

Donald Trump está avanzando en su promesa de deportaciones masivas con planes para construir megacentros de detención en ciudades clave, especialmente cerca de la frontera con México.

Este ambicioso proyecto dependerá de decisiones financieras, legales y políticas que podrían cambiar el curso del sistema migratorio en Estados Unidos.

La victoria de Donald Trump puede haber sido una auténtica bendición para un hombre que apostó todo a ello, pero posiblemente pueda no serlo tanto para una de sus propiedades, X (a la que muchos medios y clientes siguen refiriéndose como «la antigua Twitter», evocando cierta nostalgia).

Tal y como había anunciado el ahora electo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el magnate propietario de Tesla y SpaceX, Elon Musk, es ahora parte del Gobierno.

Hay historias en torno a las criptomonedas de auténtica pesadilla. Relatos verídicos donde los propietarios de, por ejemplo, Bitcoins, eran millonarios y al mismo tiempo no. Hay excepciones, pero las historias más conocidas suelen ser aquellas que acabaron rematadamente mal. Por eso, cuando se ha tratado de utilizar una moneda digital para los pagos ordinarios siempre se ha ido con cautela. Por eso además, la propuesta de la ciudad de Detroit en Estados Unidos parece un tiro en el pie.

Elon Musk tiene razones para estar contento. Ha ganado Donald Trump y ha entrado en el TOP 20 mundial de los mejores jugadores de Diablo VI. Pero ¿cómo puede sacar tiempo para jugar teniendo que dirigir seis empresas? El magnate ya ha compartido sus técnicas de productividad. Y si tiene tiempo para ser de los mejores jugadores, es porque funcionan. Estoy por ponerlas en práctica y empezar a jugar en mi Mac.

La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos con un margen amplio y, con el control del Congreso y el Senado es una de esas cuestiones que hacen que me preocupe muy seriamente, y no solo por los Estados Unidos, país en el que he vivido y que amo, sino por toda la humanidad.

«Creo que será más importante que nunca que #Mastodon y #Fediverso no sean operados centralmente desde los EE. UU., a diferencia de casi todas las demás plataformas de redes sociales que existen. » Eugen Rochko, al hilo de la victoria de Donald Trump en las elecciones del martes 5 de noviembre de 2024.


Eugen Rochko es un desarrollador de software alemán, nacido en Rusia en 1993.