Hay pocas dudas: por innovación y por prestaciones, los vehículos eléctricos de Tesla siguen estando, en muchos aspectos, entre los mejores del mercado. Pero a pesar de ello, la marca se encuentra ahora inmersa en una crisis que trasciende la calidad de sus vehículos, y que más que deberse a problemas técnicos (que también los tiene), se trata de una tormenta perfecta de política, protestas y, por supuesto, la imparable competencia china.