A mediados del pasado diciembre, un trabajador tecnológico que fue recogido por uno de los vehículos para llegar al aeropuerto y volver a su casa en Los Angeles, se encontró de repente con que el automóvil empezaba a dar vueltas en círculo sin parar en un parking y no podía salir de él, porque al estar constantemente en movimiento, no podía tampoco abrir las puertas.