¿Cuántas veces, viendo una serie tienes esa curiosa sensación de "Estoy viendo historia del medio"? Lo habrás notado con series que no solo te impactan de forma especial, sino que además sabes que la gente a tu alrededor que además la ve experimenta una sensación muy similar. Si estás viendo 'Succession' sabrás de lo que te hablo. Mi última vez, antes de la magnífica epopeya de intrigas familiares de HBO, estuvo en 'Mindhunter', que estrenó
Netflix en 2007. Cinco años después, sigue siendo mi serie favorita de todas las estrenadas en la plataforma.
Ni 'Stranger Things', ni 'Sandman' ni ninguna otra han obtenido igualar el grado de intensidad y perversidad de esta breve obra maestra de Joe Penhall (guionista también de 'La carretera') en la que David Fincher dirigió algunos capítulos. Partía de un hecho real de la historia de la criminología: en 1977, dos agentes del FBI revolucionan las técnicas de investigación, dando un giro a cómo introducirse en las mentes de asesinos en serie.
La serie está basada en el libro que escribieron algunos de los protagonistas, y aunque obviamente aquí se juega con el suspense y las suspicacias que genera la investigación de los agentes, así como con la fotografía de célebres asesinos como el Hijo de Sam, Ed Kemper, Charles Manson o BTK, el reflejo realista de una época está por encima de todo.