Si tienes algo de espacio y, ahora podrías intentar comprar el que alguna vez fue uno de los superordenadores más potentes. Estamos hablando de una bestia que, incluso en estos tiempos, presume de un rendimiento de 5,34
petaFLOPS y que, cabe señalar, funciona con
Linux Enterprise Server.
Cheyenne, ocupó el puesto 20 del famoso ranking Top500 de sistemas informáticos destacados en el momento de su instalación en 2016. Comenzó a funcionar un año más tarde en el Centro de Supercomputación NCAR-Wyoming, pero ya ha cumplido su ciclo.
Durante casi siete años, Cheyenne fue un recurso clave para investigadores de diversas áreas. Estos utilizaron su potencia de cómputo para ejecutar simulaciones y cuantificar probabilidades de eventos futuros, dando lugar a más de 4,500 publicaciones revisadas por pares y otros documentos académicos.
A nivel de hardware, el sistema tenía 4,032 nodos, cada uno con dos procesadores Intel Xeon E5-2697v4 "Broadwell" de 18 núcleos que funcionaban a 2,3 GHz. Los nodos, sin embargo, tenían diferencias a nivel de memoria. Mientras que unos tenían 64 GB, otros tenían 128 GB. Todo esto estaba conectado por Mellanox EDR InfiniBand.
Una de las grandes ventajas de Cheyenne, ampliamente superada por sistemas más modernos, era su eficiencia energética. Cuando se puso en funcionamiento, triplicaba la potencia de su predecesor Yellowstone, pero solo consumía un 25% más de energía.