(Soy yo, lo sabe quien ha leído alguna vez este blog, de paréntesis largos. Como este. Pero hoy me disculpo especialmente, porque se me ha ido la mano con ellos. Quizá algún día edite la entrada para eliminarlos o reducirlos (o no, más probablemente (sí, en esta casa anidamos paréntesis por encima de nuestras posibilidades)), pero tenía yo prisa por darle a publicar. Pues eso. Que mis disculpas.)
Esta es la semana que pasará a la historia de la electrónica de consumo como la de las críticas del
Humane AI Pin, uno de esos cacharritos que se anuncian como una revolución. Yo no he pasado de la crítica de The Verge, pero el titular de la de Engadget tampoco está mal: The
Humane AI Pin is the solution to none of technologyâs problems. No parece una gran revolución.
No sé en Engadget, pero en The Verge no dejan de preguntarse por las potencialidades revolucionarias de la cosa: un dispositivo con una cámara, un asistente de voz ligado a una IA generativa y multimodal (o sin la IA generativa, que hay muchas cosas a las que se les puede dar respuesta sin ChatGPT y similares) que es capaz (vale: debería serlo) de entenderte (algún día deberíamos definir qué entendemos por «entender») y explicarte qué tienes delante⦠sí debería ser una resolución. Una curiosidad que comparto y⦠no entiendo por qué no tenemos ya respondida de mejor manera.
Planteémonoslo.