En plena era de la posverdad, las fake news y las redes sociales, las imágenes, su difusión y, lo que es más delicado, la manipulación de su contenido a la hora de lanzarlas a la gigantesca piscina mediática, pueden ser muchísimo más peligrosas que una bala de gran calibre. Si a esto le sumamos el hecho de que cada vez pasamos más tiempo con nuestras miradas fijas en unas pantallas que bombardean aluviones de información sin cesar, el escenario no deja de ser caldo de cultivo para el desastre.
Pero, vídeos pueden convertirse en elementos disruptores que pongan en riesgo el status quo y la integridad de la sociedad en la que vivimos? El cineasta Ruben Östlund, ganador de la Palma de Oro por su fantástica 'El triángulo de la tristeza' ha lanzado una idea al respecto en una entrevista con el medio The Guardian, y su reflexión es realmente sorprendente.
La ocurrencia del cineasta sueco no ha sido otra que equiparar las cámaras a las armas de fuego y hacer que sólo puedan usarse si su dueño posee una
licencia.
"Tengo una idea. ¿Y si solo se te
permitiera usar una cámara si tienes una licencia? Necesitas una para un arma, al menos en países sofisticados. La cámara también es una herramienta poderosa".