En el mundo actual suele haber divisiones entre todo tipo de posiciones, ya sea a nivel político, religioso o en cualquier opinión. Esta situación nos lleva a creer que somos cada vez menos receptivos a las opiniones opuestas, así que comprender cómo podemos aumentar la receptividad e interés por nuestro relato es un gran avance a todos los niveles.
La receptividad se refiere a la voluntad de buscar, prestar atención y evaluar de manera justa la información opuesta. Capta la motivación de las personas para interactuar de manera significativa con puntos de vista opuestos, así como su apertura a ideas y opiniones que son nuevas o diferentes a las propias.
Una corriente de investigación que está ganando impulso en este dominio explora las consecuencias de señalar receptividad a los demás. Es decir, los investigadores han comenzado a explorar cómo mostrar receptividad puede afectar las respuestas e intenciones de los demás.
En general, señalar receptividad parece conferir beneficios interpersonales. Por ejemplo, las personas (y los mensajes) que se perciben como receptivas son más
persuasivas, suscitan mayor apertura e interés en la interacción por parte de los demás y se las considera más
confiables e inteligentes.