A medida que
Microsoft sigue lanzando al mercado nuevas ediciones de su sistema operativo, muchos usuarios veteranos echan de menos la flexibilidad y la capacidad de personalización que ofrecían versiones antiguas como
Windows 98... algo que parece haberse desvanecido con las llegadas de
Windows 10 y
Windows 11.
La evolución de la interfaz de cliente de
Windows ha pasado de ser un lienzo sujeto a nuestra creatividad a un diseño uniforme con 'colores de acento' limitados, que rehúye de la fragmentación (y los problemas de soporte que se derivan del mismo) y del lastre de rendimiento que puede generar la multiplicación de los aspectos personalizables.
Sin embargo, estas limitaciones representan una pérdida de la individualidad de sus entornos de trabajo, por lo que no sorprende que haya surgido una comunidad dedicada a revivir estas cualidades de personalización a través de software de terceros...
...herramientas como Classic/Open Shell (tan popular tras la presentación de
Windows 10) o StartAllBack (lo mismo, permiten a los clientes dar 'su toque personal' a la interfaz del sistema de
Microsoft.