En el recorrido formativo de los jóvenes de nuestro país durante muchos años se ha puesto el foco en tener que hacer sí o sí una carrera universitaria "para ser alguien en esta vida". Esto provocó que la Formación Profesional quedara relegada a un segundo plano, no siendo nada atractiva, puesto que parecía que aquí acababan aquellas personas que no tenían ganas de estudiar.

Pero con el paso del tiempo este sentimiento ha ido cambiando (aunque todavía con algunas mentes ancladas en el pasado) para pasar a darle mayor importancia a la Formación Profesional. El hecho de necesitar cada vez más personal técnico y tener una sociedad fundamentalmente formada en la universidad, ha hecho que se genere un gran problema.

De esta manera, cada vez se destinan más recursos a los institutos de formación profesional y para poder reforzar la cantidad de prácticas que se hacen en estos cursos. Algo crucial para poder cubrir otro gran problema en nuestro sistema como es la necesidad imperativa de contar con experiencia en el puesto de trabajo al que vas a querer aspirar.

De esta manera, cada vez más personas están viendo como hacer una carrera universitaria no garantiza el tener un trabajo (sobre todo en algunas ramas concretas) y la FP abre más puertas a profesiones de diferentes sectores. Y es que hay FP de una gran cantidad de disciplinas como en el campo de la sanidad, la mecánica, la belleza, la programación o la hostelería y la gastronomía.