Julia teletrabaja desde que en 2020 la pandemia apareciera en nuestras vidas. Es diseñadora gráfica y pasa muchas horas sentada frente a una pantalla. Hace una semana la habitación empezó a girar como una noria. ¿El diagnóstico? Una
espalda y un cuello que pasan demasiado tiempo en una postura incorrecta debido al teletrabajo.
Solemos actuar cuando un
dolor aparece, pero no hay mejor medicina que una actitud preventiva. El teletrabajo llegó para quedarse, al menos en las empresas donde el presentismo no es una obsesión. Contar con un buen equipo (ordenador, fibra contratada...) no es suficiente. Una buena silla, y una higiene postural son esenciales si no queremos convivir con el
dolor.
Para empezar, nada de pensar que vivimos en un banco de imágenes. ¿Qué es eso de tumbarse en el sofá con el portátil en las rodillas? Ni es normal, ni sano, ni es válido si quieres escribir o diseñar algo decente. Mejor toma nota de estos fáciles consejos:
- Haz pausas activas. Sé que lo sabes pero no lo haces. Cada 30 o 45 minutos deberías levantarte y caminar por tu casa. Asómate a la ventana, bebe agua, se trata de cambiar esa postura que lo único que hace es dañar tu espalda y cuello.
- ¡Espalda recta, ya! Si pudieras verte mientras trabajas te taparías la cara. Tenemos muchos vicios posturales, sobre todo a medida que nos relajamos. Por eso grábate a fuego en la mente, que las lumbares deben estar pegadas al respaldo de la silla.