La lucha de la ciudad de
Londres contra la contaminación, con el establecimiento de las
Ultra Low Emissions Zone (ULEZ) en partes cada vez mayores del centro de la ciudad, se está encontrando, como es habitual en otras ciudades, con una fuerte oposición que, además, tiene una evidente tendencia a no jugar limpio.
El 29 de agosto de este año 2023, el alcalde de la ciudad, el laborista
Sadiq Khan, llevó a cabo la expansión de la zona de bajas emisiones a la totalidad de los treinta y dos distritos de
Londres, lo que dejó incluidas dentro de esa zona a unos cinco millones de personas más que las que había anteriormente.
A todos los efectos, el plan aplicado por
Londres se convierte en el más radical del mundo, como correspondía a la relevancia del problema de salud pública que tenía la ciudad: los datos manejados por el gobierno muestran que la contaminación del aire provoca entre 28,000 y 36,000 muertes prematuras en todo el país cada año, y alrededor de 4,000 de estas muertes prematuras tienen lugar en
Londres. Cada vez son más los estudios que muestran que vivir en zonas contaminadas reduce la duración de la vida más incluso que el consumo de tabaco, y esa contaminación afecta a todos los habitantes de la ciudad, incluidos los que no tienen coche, que en
Londres son prácticamente la mitad.