Emprender, ese verbo que ocupó muchos titulares hace años. Los protagonistas permanentemente eran jóvenes, había un garaje y alguna aplicación tecnológica por medio.
2023,
emprender a los 50, o más, no sólo es tendencia, es una realidad. Por necesidad o por confianza, las tornas han cambiado. Así lo recogen las cifras y un estudio de
American Economic Association. Es lógico, la sociedad envejece pero con buena salud y con ideas de negocio.
España es uno de los países europeos con una mayor tasa de emprendimiento senior, según el II Mapa de Talento Sénior. España en el contexto europeo, publicado por el Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE.
Sin embargo, a la hora de contratar a personas de más de 45 años, las empresas se lo piensan dos veces. ¿La razón? Una serie de tópicos que si bien no son ciertos, edadismo lo llaman, de tanto repetirlos se convierten en una verdad.
Una persona con ilusión, creativa y con ideas, con el paso de los años es probable que no cambie esos valores, y sí los acompañe de experiencia. Y esa experiencia lleva a contratar a más personal porque también existe la necesidad de laborar durante más tiempo.
El mito del emprendimiento joven: los mayores de 55 años son los que realmente tiran del crecimiento de los autónomos
Hombres y mujeres por igual, son conscientes de que a determinada edad un poder oscuro les convierte en invisibles dentro del mercado laboral.