Una de las premisas sobre economía doméstica que suelo repetir es que, si no ganamos suficiente, dan igual los trucos y estrategias de ahorro, es una carrera perdida. Por eso, hay que centrarse en tratar de mejorar los ingresos, de ganar más.
Sin embargo, eso no terminará automáticamente con nuestros problemas. En ese caso, deberemos gestionar otro suceso fascinante en la psicología del dinero: que cuanto más ganas, más gastas.