Uno de los primeros pasos para resolver un problema es tener una visión clara del mismo. A partir de aquí se trazan una serie de medidas que deben cumplir con un objetivo. Se realiza un seguimiento para ver si están logrando o no dichos objetivos.

Según la constitución española de 1978 en su artículo 28 apartado segundo reconoce el derecho a huelga de los trabajadores. Dicho derecho se ha venido ejerciendo de forma habitual por diferentes colectivos, pero había uno que lo tenía muy complicado, por no decir que estaban directamente excluidos, los autónomos. Y por ello es un tema que se va a tocar en la reforma del RETA y se quiere regular y reconocer el derecho a huelga de los autónomos.

La cotización por cese de tarea ha sido una demanda de los autónomos durante muchos años. Era la tranquilidad de cobrar durante unos meses cuando su negocio había cerrado. Empezó como voluntaria, pero a los pocos años con la mejora de prestaciones se hizo obligatoria para todo el colectivo. No sin controversia, porque muchos pensaban que se pagaba por algo que luego no se recibía. No les faltaba razón, porque la mitad de las solicitudes del cese de tarea de los autónomos se rechazaba.

Llevamos ya tiempo con el planteamiento de la semana laboral de cuatro días encima de la mesa. Lo que se debate es cómo reducir el tiempo de trabajo, que lleva más de un siglo instaurado en 40 horas semanales, sin que esto afecte a la productividad ni al salario final que perciben los trabajadores. Es decir, que todas las partes salgan ganando.

Cuando hablamos de autónomos, donde en el mismo cesto nos podemos referir tanto a un notario como a un pequeño comercio que apenas supera en sus ingresos los mil euros. Esta franja por la parte baja, reúnen lo peor de laborar por cuenta propia y vivir con bajos ingresos.

Tiene una pequeña compensación. Es su propio jefe y puede organizarse, decidir sus horarios o no dar explicaciones a nadie. Aunque no es algo real.